Según el Ministerio chino de Ecología y Medio Ambiente, la intensidad de carbono de China, que mide la cantidad de CO2 emitida para generar una unidad de PIB, disminuyó un 18,8% durante el periodo 2015-2020, superando el objetivo de reducción del 18%. Según la Oficina Nacional de Estadística, la intensidad de carbono de China disminuyó un 1% en 2020, ya que el país redujo su uso de carbón al pasar del 57,7% del consumo de energía en 2019 al 56,8% en 2020. La participación del gas, la energía hidroeléctrica, la energía nuclear y la energía eólica aumentó en un punto porcentual hasta el 24,3% del consumo.
En septiembre de 2020, China presentó planes para ampliar su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) actualizada al Acuerdo de París, con el objetivo de alcanzar un pico de emisiones de CO2 antes de 2030 y la neutralidad del carbono antes de 2060. El país trabaja actualmente en un nuevo plan quinquenal (2021-2025) que determinará sus planes de descarbonización a corto plazo. Las emisiones de CO2 del país procedentes de la combustión de energía casi se han cuadruplicado desde 1990, alcanzando 9,7 GtCO2 en 2019.